Cómics que merecen la pena

La furgo
TweetLa crisis en España, esa que no termina de irse por mucho que algunos se llenen la boca con grandes números que no tienen nada que ver con la realidad que hay a pie de calle, no ha encontrado mejor medio para verse reflejada que el cómic.
La furgo es un ejemplo más. Uno que se mueve francamente bien en ese terreno realista, cargado a partes iguales por momentos tristes y divertidos, por otros dramáticos y por algunos tiernos. Hay de todo en el guion de Ramón Pardinha, en esta
historia construida a base de episodios en los que vemos a Oso, un hombre de 40 años, padre separado de una niña de la que no tiene la custodia y que se ve obligado a vivir en una furgoneta porque no tienen ningún otro lugar donde hacerlo.
o se lo dice a ex esposa. A los amigos se lo vende como algo temporal. Y a su hija se lo disfraza como un juego. Vive de hacer chapuzas y, prácticamente, de la caridad. Qué fácil resulta que una historia como esta, sin que haya en realidad
ningún plan maestro por debajo ni tampoco algo excesivamente ambicioso. Con un dibujo cercano, el de Martín Tognola, y una historia acorde a esa idea, es bastante fácil caer en las redes de La furgo. Es una dosis de realidad cargada de emociones
de esas que da gusto leer. Y de las que hacen pensar en nuestro día a día, en cómo nos comportamos con la gente a nuestro alrededor y la sociedad en que vivimos.
Cómics para todos: "La furgo’, de Ramón Pardina y Martín Tognola"
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La historia comienza con los testimonios de algunos vecinos que cuentan sus impresiones al lector, como si se tratase de los primeros compases de un documental. Descubrimos así los prejuicios y desconfianzas que despierta en el barrio Oso,
un grandullón que pasa largas horas en el interior de una furgoneta. A medida que avanza la historia, intuimos que cuando el protagonista fue desahuciado, no solo fue expulsado de su casa, también de un modo de vida, que desapareció para abrir paso a una profunda
grieta en las relaciones personales con algunos de sus seres queridos. En esas circunstancias tuvo que reinventarse y construir una nueva e improvisada existencia a lomos de un destartalado furgón. Junto a él, a pesar de todo sin perder el humor, tenemos la
oportunidad de conocer la otra realidad de Barcelona, la que se esconde bajo las alfombras; descubrimos también a otros personajes que sobreviven no solo a la miseria económica, sino también al aislamiento social y sentimental. En los ratos en los que puede disfrutar
de su hija inventa otras realidades para ella, a medida derribadas por el frio o la mala suerte.
Canal lector "La furgo"
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