memoria

• Texto original de Ignacio FernÁndez de Aguirre
  

El 27 de abril estableció de la Concha su cuartel general en Otañes, y en el campamento de Somorrostro, donde continuaba el duque de la Torre, se dio la orden de que al amanecer del día siguiente se rompiera el fuego en toda la línea, como si se pretendiera un ataque similar al fracasado en los dos intentos anteriores. Simultáneamente, de la Concha, con Echagüe y Martínez Campos, quiso iniciar de madrugada el asalto a Las Muñecas, aunque no pudo moverse hasta pasada la mediodía por retrasos en el reparto de las raciones. Con un calor sofocante y en difícil terreno escarpado, cubierto de robles y jaras, se empeñó el combate, otomándose pronto las primeras trincheras carlistas. Informado de la superioridad numérica liberal, Elio ordenó a Velasco que desde Arcentales acudiese a reforzar Las Muñecas, lo que hizo con dos batallones que resistieron heroicamente la segunda embestida en el pico del Haya, frenando los ataques a la bayoneta de las tropas de Echagüe. Viendo de la Concha el estancamiento de la situación, se puso él mismo al frente del único batallón de refresco de que disponía y a la voz de "vamos todos", se lanzaron a una acción envolvente. El mismo de la Concha recibió una contusión en el hombro por una bala que le rompió el uniforme, pero superaron la segunda línea de trincheras carlistas y llegaron al pico. Al caer la tarde, también Martínez Campos ocupaba la carretera del alto y Velasco tuvo que retirarse a Traslaviña. Andechaga, que desde Talledo se había atrincherado en los altos que corren hacia Montellano, murió de un balazo. Los combates aislados mantenidos el día 29 no hicieron sino confirmar la sólida posición liberal en Las Muñecas. A la vista de la situación, las tropas carlistas que habían defendido el paso se retiraron hacia Galdames y lo mismo hizo Elio desde Arcentales, estableciendo su cuartel general en Güeñes. En los círculos carlistas se criticó a Elio -que a la sazón contaba con 67 años- de indecisión y pasividad, por no haber acudido con sus efectivos al socorro de Las Muñecas, prefiriendo proteger Balmaseda desde su posición de Traslaviña. Durante el día 29 y sobre todo el 30, desde Somorrostro y desde los buques de guerra fondeados en su rada, se bombardeaban intensamente las alturas de la margen izquierda donde estaban situadas las defensas carlistas. Este último día, se produjeron simultáneamente ataques hacia Galdames de Arriba y hacia Abanto. Elio tampoco supo o no quiso defender con todas sus fuerzas los altos de Galdames, y a pesar de dejar allí a Velasco que se batió heroicamente hasta entrada la noche, él se retiró hacia Sodupe y después a Castrejana.

Combate de las Muñecas : 28 de Abril de 1874 | España. Cuerpo de Estado Mayor del Ejército(España. Cuerpo de Estado Mayor del Ejército España. Depósito de la Guerra.

(Castor de Andechaga) ,que tuvo que retirarse de Talledo, murió en Las Muñecas.

Por el otro lado, pronto cayeron Abanto y Gallarta, con lo que peligraba un copo de las fuerzas carlistas en retirada. Elio y Dorregaray se dirigieron a Amorebieta donde estaba el rey don Carlos, que apreciando lo delicado de la situación dio la orden de abandonar el sitio de Bilbao, estableciendo una nueva línea entre Galdakao y Durango, con prolongaciones hacia el norte a Gernika y Markina y hacia el sur hasta Orduña. El día 2 de mayo se produjo el primer contacto del marqués del Duero con los sitiados, entrando en la Villa a pie al frente de sus soldados entre el entusiasmo general. El duque de la Torre lo hizo por la ría, desembarcando en El Arenal y oficiando un abrazo aparentemente cordial entre ambos.

"El dos de mayo [...] entró en la invicta Bilbao la primera columna del ejército libertador [...]: iban al frente el Marques del Duero, a pie, y precedido del ayuntamiento de la villa [...] y seguían las tres divisiones del 3 cuerpo de ejército, con sus [...] generales..."(Albúm siglo XIX)

Bilbao, 2 de mayo de 1.874 (El Cañón Krupp. Periódico metralla de la guerra civil, disparo 3º, 7 mayo 1874)

Para superar el desánimo que había cundido entre sus hombres, don Carlos, que se había establecido en Durango, dirigió su palabra el día 3 a las tropas, exponiendo que sentía el orgullo de contar con ellos lo mismo en las victorias que en estos momentos, y pidiéndoles serenidad y disciplina. Sin embargo Elio fue separado de las operaciones militares y nombrado ministro de la Guerra del gobierno carlista. La contienda armada distaba aún de estar terminada. Numerosos enfrentamientos tuvieron lugar posteriormente en Valencia y Cataluña, pero sobre todo en Guipúzcoa y Navarra, hasta que don Carlos pasado con sus más leales a Francia por Valcarlos, proclamó dos años más tarde, en el manifiesto de Pau, el 10 de mayo de 1876, el cese de las hostilidades. En ese momento era ya rey de España el joven Alfonso XII, que había estado presente en algunas de las últimas acciones del Norte. Como consecuencia de estos acontecimientos, los fueros vigentes en las provincias de nuestro entorno, que habían sido cuestionados desde las primeras constituciones y afectados parcialmente tras la primera guerra carlista, fueron prácticamente abolidos con la ley promulgada el 21 de julio de 1876, siendo presidente del gobierno español Antonio Cánovas del Castillo, creándose una especie de concierto económico, pero perdiéndose todos los privilegios históricos anteriores. Unos años más tarde, este político encontró la muerte en 1897 en el País Vasco, asesinado por el anarquista italiano Angiolillo, cuando reponía su salud en el balneario Santa Águeda de Mondragón. La cuestión foral, que posteriormente se imbricó con la nueva ideología nacionalista, gestada desde los debates familiares de los hermanos Luis y Sabino de Arana a partir de 1882, fue origen de muy diferentes enfoques y reacciones. Pocos años después, en 1894, tras el discurso en Larrazabal, la fundación por Sabino de la primera sociedad nacionalista, el "Euzkeldun Batzokija" fue punto de partida de la oficialización política del nuevo movimiento.