¿Buscas un libro para leer?
Zer edo zer irakurri nahi?

McSorley's ocupa la planta baja de un edificio de ladrillo en el número 15 de la calle 7, justo al lado de Cooper Square, donde termina el Bowery. Abrió en 1854 y es la taberna más antigua de Nueva York. En ochenta y ocho años ha tenido cuatro dueños (un inmigrante irlandés, su hijo, un policía retirado y la hija de éste) y todos ellos se han negado a hacer reformas. El local dispone de electricidad, pero la barra sigue obstinadamente iluminada por dos lámparas de gas que, cuando alguien entra de la calle, centellean arrojando sombras oscilantes sobre el techo bajo y telarañoso. No hay caja registradora. Las monedas se dejan en cuencos de sopa (uno para las de cinco centavos, otro para las de diez, otro para las de veinticinco y otro para las de cincuenta) y los billetes se guardan en una caja de palisandro. Allí reina la calma: los camareros nunca hacen un movimiento superfluo, los clientes miman sus jarras de cerveza y los tres relqjes de pared llevan muchos años en franco desacuerdo. La clientela es variopinta. Hay mecánicos de los muchos talleres del barrio, vendedores de las tiendas de suministros para hostelería de Cooper Square, camioneros de los almacenes Wanamaker's, médicos de Bellevue, estudiantes de Cooper Union y dependientes de las librerías de lance que hayal norte de Astor Place. El auténtico pilar de la parroquia, sin embargo, es un grupo cada vez más mermado de viejos cascarrabias, irlandeses en su mayoría, que llevan bebiendo allí desde sus años mozos y ahora se sienten dueños del lugar. Algunos viven de pensiones miserables y están solos en el mundo; duermen en los hoteluchos del Bowery y pasan en la taberna buena parte de sus horas diurnas. Entre estos veteranos, unos pocos recuerdan perfectamente