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Zer edo zer irakurri nahi?
Introducción
Me llamo Mijaíl Petrov.
He asesinado a nobles, he incendiado palacios, he saqueado
mansiones.
No soy un bárbaro. Solo soy un revolucionario, un hombre
libre, un patriota que ha enmendado la gran injusticia de la madre
patria, de Rusia.
Antes de juzgarme os conviene saber que, en tiempos de mi
bisabuelo, más de la mitad de los campesinos rusos, los krepostnoy
krestyanin como nos llamaban, éramos esclavos propiedad de
los señores locales.
¿Creéis que exagero? Más de veintidós millones de criaturas
se compraban y vendían con las fincas, como las vacas y los árboles.
El amo podía venderlos o hipotecarlos. Éramos ganado. A
un tío mío su amo lo cambió por un galgo.
Ya sé que os resultará difícil admitir que en Europa hace tan
solo medio siglo perdurara la esclavitud, pero ese era el orden
natural en Rusia desde muchas generaciones atrás. Decíamos:
Dios es el dueño del mundo; el zar es dueño de Rusia y el amo
es el dueño de la tierra y de las almas que la habitan.
[...]