
Si la novela Donde los escorpiones de Lorenzo Silva tuviera solo dos capítulos: el primero y el epilogo ya merecería la pena leerla. Lorenzo Silva ha pasado de ser un estupendo narrador a ser un gran escritor, que parece lo mismo pero no lo es. Un buen escritor a mi manera de entender las cosas, es aquel del que disfrutas leyendo escriba de lo que escriba: por el ritmo, por el tratamiento orfebre de las palabras, por acertar con el adjetivo que marida con el nombre perfecto; por estirar el significado a los verbos hasta el límite de lo posible y construir personajes y espacios propios con palabras. En esto de las policiacas, para mi Garcia Pavón es el ejemplo de escritor y Lorenzo Silva pide en estos dos capítulos el visado preferente para entrar en ese club de privilegiados.
De la reseña de El chico de la Consuelo